La epidermólisis ampollosa es un conjunto de enfermedades poco frecuentes que generan piel frágil con ampollas. Las ampollas pueden aparecer en respuesta a una lesión menor, incluso al calor, la fricción por rozamiento, al rascarse o por usar cinta adhesiva. En casos graves, las ampollas pueden aparecer dentro del cuerpo, como en el recubrimiento de la boca o del estómago.
La mayoría de los tipos de epidermólisis
ampollosa es hereditaria. Por lo general, este trastorno se manifiesta durante
la infancia o los primeros años de vida. Algunas personas no manifiestan signos
y síntomas hasta la adolescencia o la edad adulta temprana.
La epidermólisis ampollosa no tiene cura,
aunque las manifestaciones leves pueden mejorar con la edad. El tratamiento se
centra en la atención de las ampollas existentes y la prevención de la
aparición de ampollas nuevas.
Los signos y síntomas de la epidermólisis ampollosa varían según el
Algunos de ellos son:
·
Piel frágil que se
ampolla con facilidad, en especial, en manos y pies.
·
Uñas gruesas o que no se
forman.
·
Ampollas en el interior
de la boca y la garganta.
·
Engrosamiento de la piel
en las palmas de las manos y en las plantas de los pies.
·
Ampollas en el cuero
cabelludo, formación de cicatrices y caída del cabello (alopecia cicatricial).
·
Piel muy delgada
(cicatrización atrófica).
·
Pequeñas protuberancias
blancas en la piel o granos (milia o acné miliar).
·
Problemas dentales como
caries a causa de esmalte dental mal formado.
·
Dificultad para tragar
(disfagia).
·
Picazón y dolor en la
piel.
Es posible que las ampollas de la
epidermólisis ampollosa no aparezcan hasta que un niño comienza a caminar o
hasta que un niño mayor comienza nuevas actividades físicas que provocan
fricción más intensa en los pies.
Cuándo consultar al médico
Consulta con el médico si tú o tu hijo
desarrollan ampollas, particularmente si esto sucede sin razón aparente. En los
bebés, la formación de ampollas graves puede poner en riesgo la vida.
Causas
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Ilustración de la
membrana basal.
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Membrana basal Open
pop-up dialog box
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Patrón de la herencia
autosómica dominante
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Patrón de la herencia
autosómica dominante Open pop-up dialog box
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Patrón hereditario
autosómico recesivo
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Patrón hereditario
autosómico recesivo Open pop-up dialog box
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Imagen de la
epidermólisis bullosa simple
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Epidermólisis bullosa
simple Open pop-up dialog box
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Imagen de epidermólisis
distrófica bullosa
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Epidermólisis distrófica
bullosa Open pop-up dialog box
La epidermólisis ampollosa, por lo general, es
hereditaria. El gen de la enfermedad se puede heredar de uno de los padres que
padezca esta afección (herencia autosómica dominante). También se puede heredar
de los dos padres (herencia autosómica recesiva) o puede surgir como una
mutación nueva en la persona afectada que se puede transmitir.
La piel está compuesta por una capa externa
(epidermis) y una capa interna (dermis). La zona en donde se unen las capas se
llama «membrana basal». Los diversos tipos de epidermólisis ampollosa se
definen, en gran medida, en función de la capa en donde se forman las ampollas.
Los principales tipos de epidermólisis ampollosa son:
Epidermólisis ampollosa simple.
.Esta es la forma más frecuente. Se presenta
en la capa exterior de la piel, y afecta principalmente las palmas y los pies.
Las ampollas suelen curarse sin dejar cicatrices.
Epidermólisis ampollosa juntural.
Este tipo de epidermólisis ampollosa puede ser grave, y las ampollas comienzan a presentarse en la infancia. Un bebé con esta enfermedad puede emitir un llanto ronco debido a la formación continua de ampollas y de cicatrices en las cuerdas vocales.
Epidermólisis ampollosa distrófica.
Este tipo está relacionado con una falla en el gen que ayuda a producir
un tipo de colágeno que le aporta fuerza a la capa de la dermis similar a la
piel de cerdo. Si falta esta sustancia o si no funciona, las capas de la piel
no se unirán de manera adecuada.
Prevención
No es posible prevenir la epidermólisis
ampollosa. Sin embargo, puedes tomar medidas para
prevenir ampollas e infecciones.
Trata a tu hijo con cuidado. Tu bebé o tu niño necesita abrazos, pero debes ser muy cuidadoso. Para
alzar a tu hijo, colócalo sobre un material suave, como algodón, y sostenlo por
debajo de los glúteos y detrás del cuello. No levantes a tu hijo por debajo de
los brazos.
Ten cuidado especial con la zona del pañal. Si tu hijo usa pañales, quita las bandas elásticas y evita utilizar
toallitas de limpieza para bebés. Forra el pañal con un vendaje no adherente o
coloca una capa gruesa de pasta de óxido de cinc.
Mantén tu hogar fresco. Ajusta el termostato para que tu hogar permanezca fresco y la
temperatura sea estable.
Mantén la piel humectada. Aplica suavemente lubricantes, como vaselina.
Viste a tu hijo con ropa suave. Usa ropa suave que sea fácil de poner y sacar. Puede ser útil quitar
las etiquetas y poner la ropa con las costuras hacia afuera para minimizar el
rascado. Prueba a coser almohadillas en el forro de la ropa a la altura de los
codos, las rodillas y otros puntos de presión. Si es posible, utiliza calzado blando
especial.
Evita el rascado. Recorta las uñas de tu hijo en forma regular. Considera ponerle guantes
a la hora de dormir para ayudar a evitar que se rasque y se infecte.
Alienta a tu hijo a ser activo. A medida que tu hijo crece, incentívalo a que realice actividades que no
provoquen lesiones en la piel. La natación es una buena alternativa. Los niños
que tienen formas leves de epidermólisis ampollosa pueden proteger la piel con
pantalones y mangas largas cuando realizan actividades al aire libre.
Cubre las superficies duras. Por ejemplo, coloca piel de cordero en los asientos para automóvil y
cubre la bañera con una toalla gruesa.
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